St. Dominic Savio Parish was founded in 1952. Together with the Salesians at next-door St. John Bosco High School, this community ministers to spiritual and educational needs in Bellflower and surrounding cities.
Our patron is Saint Dominic Savio. A saint at 15 years of age, he was educated by St. John Bosco and the Salesians.
Born on April 2, 1842, to Carlo and Birgitta Savio in a small city in Italy, Dominic was one of 10 children of a peasant family. Despite the fact that his illiterate parents could not teach Dominic and his brothers and sisters intellectually and academically, Mrs. Savio had taken special effort to raise and nurture her children in the Roman Catholic faith and tradition, teaching the principles of religion instead. Eventually, Dominic was able to read and write at age 6, and he also made his first holy communion at an unusually early age, his resolutions being, “I will go often to Confession and Holy Communion”, “Jesus and Mary will be my Special Friends”, and “I wish to die rather than commit a sin”.
By 1854 Dominic started to find a special attraction to the priesthood and to feel a special vocation, drawing him very close to God. At the age of 12, he initially became acquainted with St. John Bosco – Don Bosco –, the founder of the Salesian order and the Oratory of St. Francis de Sales in Turin. Encouraged by Don Bosco’s message that it was necessary for everyone to become a saint, making it God’s will for everyone and that becoming a saint was actually easy for everyone to achieve, Dominic started taking this “matter” very seriously soon. However, seeing such a young boy isolating himself from his peers and extending the times he spent in prayer to the point that he even “offered up” his lunch breaks in order to pray, Don Bosco put him back on a more realistic way of achieving saintliness. He pointed out that one becomes a saint by fulfilling one’s daily duties and not by neglecting any of them in any way, holiness consisting of being happy and helping others be happy. Dominic quickly put this advice into practice. He was a diligent and cheerful student. With a real concern for the spiritual welfare of his friends, he would encourage boys to go to confession when he saw them sinning, and would not allow them to swear or curse while they were playing with him. Sometimes he would invite them to make visits to Jesus in the Blessed Sacrament or say the rosary with him. Dominic also had a great love for purity. Once he came across a group of boys laughing over an impure magazine one of them had brought into the Oratory. When Dominic saw the pictures, he tore the magazine into pieces and scolded his friends for putting their souls in such danger.
The graces Dominic Savio had begun to receive were great and plentiful. Even though Dominic felt a great desire to do penance, Don Bosco put him back on a more “realistic” level since he saw that the boy’s health was slowly deteriorating. Don Bosco encouraged Dominic to make obedience his sacrifice and penance and to seek sanctification by the martyrdom of daily duty, having Dominic arrive at the conclusion, “I can’t do big things but I want everything to be for the glory of God.” So Dominic made small, everyday things into sacrifices for God; never complaining about the weather or food, doing little odd jobs for the other students, and faithfully controlling his eyes to guard his purity.
In 1857, Dominic contracted tuberculosis at the age of 15; he was not able to recover, and after but a few weeks of illness, he received the Last Rites from a priest on March 9, 1857. Dominic died with a radiant smile on his face, exclaiming in the very moment before his death, “Oh, what lovely things I see!”
La parroquia St. Dominic Savio fue fundada en 1952. Junto con los salesianos de la escuela secundaria St. John Bosco, que está al lado, esta comunidad atiende las necesidades espirituales y educativas en Bellflower y las ciudades cercanas.
Nuestro patrón es Santo Domingo Savio. Santo a los 15 años, fue educado por San Juan Bosco y los Salesianos. Aquí te contaremos quien fue Domingo Savio
Domingo nació el 2 de abril de 1842, en una pequeña ciudad de Italia llamada Chieri, sus padre fueron Carlo y Birgitta Savio; Domingo era uno de los 10 hijos de una familia campesina. A pesar de que sus padres analfabetos no podían enseñar intelectual y académicamente a Domingo y sus hermanos y hermanas, la Sra. Savio había hecho un esfuerzo especial para criar y educar a sus hijos en la fe y la tradición católica romana, enseñándoles los principios de la religión. Eventualmente, Domingo pudo leer y escribir a los 6 años, y también hizo su primera comunión a una edad inusualmente temprana, siendo sus promesas:
"Iré a menudo a la Confesión y la Sagrada Comunión"
"Jesús y María serán mis mejores amigos”
“Prefiero morir antes que pecar”.
Hacia el año 1854 Domingo comenzó a encontrar una atracción especial por el sacerdocio y a sentir una vocación especial, por Dios. A la edad de 12 años, conoció inicialmente a San Juan Bosco – Don Bosco –, el fundador de la orden salesiana y del Oratorio de San Francisco de Sales en Turín. Animado por el mensaje de Don Bosco de que era necesario que todos se hicieran santos, por lo que era la voluntad de Dios para todos y que convertirse en santo era realmente fácil de lograr para todos, Domingo pronto comenzó a tomar este "asunto" muy en serio. Sin embargo, al ver a un niño tan joven aislándose de sus compañeros y extendiendo los tiempos que dedicaba a la oración hasta el punto de que incluso "ofrecía" sus pausas para el almuerzo para orar, Don Bosco lo puso de nuevo en una forma más realista de lograr su santidad.
Le manifestó al pequeño Domingo que para hacerse santo, solo bastaba con hacer alegremente los deberes diarios, sin descuidar ninguno de ellos.
"la santidad consiste en ser feliz
y ayudar a los demás a ser felices"
Domingo rápidamente puso en práctica este consejo. Era un estudiante diligente y alegre. Con una verdadera preocupación por el bienestar espiritual de sus amigos, animaba a los niños a confesarse cuando los veía pecar, y no les permitía jurar o maldecir mientras jugaban con él. A veces los invitaba a hacer visitas a Jesús Sacramentado oa rezar el rosario con él. Domingo también tenía un gran amor por la pureza. Una vez se encontró con un grupo de muchachos que se reían de una revista impura que uno de ellos había traído al Oratorio. Cuando Domingo vio las fotos, rompió la revista en pedazos y regañó a sus amigos por poner sus almas en peligro.
Las gracias que Domingo Savio había comenzado a recibir eran grandes y abundantes. Aunque Domingo sintió un gran deseo de hacer penitencia, Don Bosco lo volvió a colocar en un nivel más “realista”, ya que vio que la salud del niño se deterioraba lentamente. Don Bosco animó a Domingo a hacer de la obediencia su sacrificio y penitencia y a buscar la santificación por el martirio del deber diario, haciendo que Domingo llegara a la conclusión: "No puedo hacer grandes cosas, pero quiero que todo sea para la gloria de Dios". Así, Domingo convirtió las cosas pequeñas y cotidianas en sacrificios para Dios; nunca se queja del clima o la comida, hace pequeños trabajos extraños para los otros estudiantes y controla fielmente sus ojos para proteger su pureza.
En 1857, Domingo contrajo tuberculosis a la edad de 15 años; no pudo recuperarse, y después de unas pocas semanas de enfermedad, recibió los últimos ritos de un sacerdote el 9 de marzo de 1857. Domingo murió con una sonrisa radiante en su rostro, exclamando en el mismo momento antes de su muerte,
“ ¡Oh, qué cosas tan hermosas veo!
Mary Help of Christians: Our Guiding Light and Protector in the Salesian Family
As members of the Salesian Family, we eagerly anticipate the joyous celebration of the Feast of Mary Help of Christians on May 24th. This occasion holds immense significance for us, as it provides an opportunity to reflect upon and honor the beautiful dedication to Mary that is deeply ingrained within our Salesian tradition. In this article, we will embark on a brief journey through the biblical, historical, and Salesian dimensions of this devotion. Additionally, we will explore how we, as the Salesian Family, can embrace the spirit of Mary Help of Christians in our lives and celebrate this feast with fervor.
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María Auxiliadora: Nuestra Luz Guiadora y Protectora en la Familia Salesiana
Como miembros de la Familia Salesiana, esperamos con ansias la celebración jubilosa de la Fiesta de María Auxiliadora el 24 de mayo. Esta ocasión tiene una gran importancia para nosotros, ya que nos brinda la oportunidad de reflexionar y honrar la hermosa dedicación a María que está arraigada en nuestra tradición salesiana. En este artículo, emprenderemos un breve recorrido por las dimensiones bíblicas, históricas y salesianas de esta devoción. Además, exploraremos cómo nosotros, como Familia Salesiana, podemos abrazar el espíritu de María Auxiliadora en nuestras vidas y celebrar esta fiesta con fervor.
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